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martes 3 de diciembre de 2024
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¿El streaming es pasajero o llegó para quedarse?

Con su mix de radio y televisión, los canales de streaming, como OLGA o Luzu, conquistan a las audiencias jóvenes. El rol de las redes. ¿Son un fenómeno pasajero o vinieron para quedarse?

Los canales de streaming vienen pisando cada vez más fuerte. Transmiten desde un estudio pequeño con cámaras, donde hay tres o cuatro jóvenes hablando sobre temas que los interpelan, como si fuera una charla casual de un sábado por la noche, y generan dos o tres horas de contenido que se transmiten en vivo por YouTube o Twitch, y luego se suben completos.

 

.Quienes se ponen al frente de estas emisiones son periodistas, influencers o actores que cautivaron a su público desde las redes o la pantalla chica tradicional y ahora se los llevan al mundo streaming, donde esperan cosechar una audiencia fiel que se sienta identificada y se suscriba al canal. Hay casos llamativos como el de Diego Leuco, que dejó la conducción de Telenoche y es una de las estrellas de Luzu TV con su programa Antes que Nadie.
Diego Leuco dejó Telenoche para conducir un programa por streaming. Foto: Archivo Clarín.

Más cerca en el tiempo, en 2021, Nicolás Occhiato fundó Luzu TV, un streaming en vivo 100% digital, y revolucionó las mañanas con su programa Nadie dice nada.

En junio, Migue Granados lanzó OLGA, un canal que, además de transmitir en vivo, puso su estudio en una esquina vidriada en pleno Palermo para facilitar aún más la interacción del público.
¿El streaming es pasajero o llegó para quedarse?
Susana Giménez cuando visitó a Migue Granados en Olga, el canal de streaming
Al ser programas que necesitan mucho de las cámaras, su competencia más directa pareciera ser la televisión. “Todo el tiempo me pregunto: qué está pasando con la televisión tradicional. Los chicos andan todo el día con el teléfono, con el iPad, y no ven televisión.
Además, está la competencia de las plataformas de streaming, que son muy exitosas y tienen mucho más presupuesto”, dijo en marzo Susana Giménez a Viva. Meses después, se sentó como invitada en el programa de Migue Granados: un crossover muy celebrado en las redes.
Frente a esta competencia, las grandes productoras ya empiezan a tomar cartas en el asunto y a lanzar sus propios contenidos, como hace Telefe con Fuera de joda, un programa que se transmite en vivo, de lunes a jueves a las 19, por los canales de Twitch y YouTube del propio canal.
Lo llevan adelante los ex participantes de Gran Hermano Nacho Castañares, Julieta Poggio, Daniela Celis y Lucila “La Tora” Villar, quienes le ponen voz e imagen a un “encuentro de amigos”.
Juan Marenco, CEO de Be Influencers y co-autor del libro Cultura de la influencia, entiende que detrás del fenómeno hay, por un lado, “pérdida de confianza de las audiencias jóvenes en las instituciones, en este caso los medios tradicionales”, y por el otro, “los medios tradicionales perdieron la gimnasia de entender qué buscan las nuevas generaciones”.
Marenco sostiene que los éxitos del streamingestán anclados en las personas que los llevan adelante: “Hace 25 años, la Rock & Pop tenía una instalación profunda que iba más allá de sus conductores.
Hoy, Luzu es una marca reconocida que podría funcionar aunque cambiaran todos los nombres. Por otro lado, Migue Granados es OLGA y OLGA es Migue Granados. Hay una clara confianza sobre ellos”.
Que la oferta sea la misma, que compitan en el horario y que los temas se choquen entre sí está generando algunos tsunamis en el mundo stream. Por ejemplo, a fines de junio tuvo que cerrar la persiana Loft Stream, la propuesta de Cande Molfese y Gastón Soffritti. Habían debutado el 10 de abril y tenían una programación durante todo el día que incluía diferentes equipos, con entrevistas y música en vivo.
“Hoy siento que hay una saturación porque es efectivamente hablarle al mismo target de la misma manera, con los mismos chistes y tocando los mismos temas. Son bastantes generalistas y es muy difícil que eso tenga una sobrevida, salvo que aparezca gente que empiece a usar ese tipo de formato para hablarle a otro público o hablar de otras cosas”, señala Marenco.
Germán Beder, periodista que forma parte del programa Paren la Mano, en Vorterix, dijo recientemente en el Método Rebord (un ciclo de entrevistas en un formato videopodcast que se puede ver en YouTube): “Temo a la saturación. En un punto va a ser inevitable y cercana. Hay demasiadas plataformas ofreciendo el mismo programa y eso en un momento genera un desgaste”.

Hacia dónde apuntan

Estos nuevos medios están dirigidos a un público joven y, si bien no tienen transmisiones de muchas horas, varios cuentan con una programación diaria que ofrece diferentes propuestas, casi todas con influencers en los micrófonos.
Una de las características que los distinguen es que son transmitidos en vivo y eso genera una comunidad diferente. Sin embargo, si queremos pensar en lo que históricamente conocimos como rating, debemos entender que hoy no es tan lineal y la cantidad de gente conectada a ese vivo no tiene comparación con el número de repercusiones que puede llegar a tener posteriormente.
¿Por qué sucede esto? Porque el gran caudal de vistas de estos programas no sucede durante la trasmisión sino después, cuando los programas se suben completos o a través de los clips que generan y que ven miles y miles de personas.
Sus audiencias prefieren ver el programa en cualquier momento, pocas veces son fieles al horario de arranque. Incluso, muchos de estos formatos, una vez terminada la emisión, suben el material a Spotify, como si fueran un podcast.
“Están logrando un público muy intenso. Por ahí no son vistos por tantas personas, pero quienes los ven hacen mucho ruido. Son programas que cuando están en vivo, la gente habla de ellos, lo masifican posteriormente y los hacen trending topic. Son como parte de la cultura. Incluso muchos chicos usan a Luzu como se usaba a la radio antes: lo prenden a la mañana y lo dejan todo el día”, aporta Marenco.
Sofi Morandi, una de las voces de Soñé que Volaba, el programa insignia de OLGA, le dice a Viva: “En el streaming no hay reglas y eso me gusta. Si bien todavía nos estamos conociendo y empezamos hace muy poquito, creo que todos tuvimos nuestros momentos para jugar y delirar un poco, cada uno con su estilo. Y a la vez hay momentos para aprender, vienen columnistas con temas súper interesantes y creo que todo ese conjunto de cosas en otro formato sería mucha información. Acá es nuestro espacio y podemos hacer lo que queramos y eso termina siendo muy divertido y bizarro de ver”.

Primeros pasos

A fines de 2022, Martín Pérez y Claudio Dicmonas empezaron a darle forma a Tuvalu TV, un canal que se prendió por primera vez en abril de 2023.
“La idea surgió a raíz de que creíamos que no había ningún streaming con foco en tecnología e innovación que se abordara desde el entretenimiento y que no fuese solo para un público de nicho, sino para todos aquellos que, de una forma u otra, están atravesados por la tecnología”, cuenta Martín.
Maxi Fanelli es periodista y forma parte de LogIn, el primer programa de Tuvalu: “Que sea de tecnología es un diferencial respecto de lo que ya vienen haciendo otros canales de streaming, porque si bien nosotros tenemos un lado descontracturado también metemos data, notas periodísticas y contenido más elaborado con una producción atrás. Somos un canal más alternativo que trata de entrevistar a emprendedores o hacer cosas diferentes”.
Nicolás Occhiato apostó a Luzu TV. Foto: Archivo Clarín.Nicolás Occhiato apostó a Luzu TV. Foto: Archivo Clarín.
¿Cambió el consumidor? ¿Hoy las audiencias buscan otro tipo de interacción, de contenidos? En las propuestas por streaming, podemos ver que se arman distintas comunidades que son parte de los programas, aportando sus comentarios a través del chat, encuestas o mismo llamando por teléfono para salir al aire y contar alguna experiencia.
Además, se evidencia que no es un tema exclusivamente digital, ya que las comunidades que construyen se vuelven reales, a tal punto de llenar teatros, como sucede con Luzu TV, que con sus programas Nadie Dice Nada y Antes Que Nadie, ya llevan vendidas varias funciones en el Gran Rex.
Hay un traslado físico: es decir, hay comunidades reales, fanatismos reales, que demandan entretenimiento exclusivo.
Sofi Morandi opina al respecto: “En OLGA está el público de Migue, que lo acompaña a todos lados, y yo llego un poco más al público joven. Se hizo una mezcla linda, que pudo haber salido bien o mal, pero que encontró una onda copada. Hay seguidores que bardean en el chat, los que bardean a los que bardean, los que comentan chistes y quieren que Migue los lea, los que llaman para participar… Es un público muy creativo y talentoso”.
Por otro lado, Maxi Fanelli analiza el fenómeno desde la mirada de los usuarios: “Esto es como un mix: si estás en tu casa, lo podés poner de fondo y escucharlo tipo programa de radio, o si tenés un rato libre lo podés ver. Y, vinculado con las redes sociales, tiene esa repercusión de que, si no lo viste después, lo podés volver a ver o ves el clip. Tanto Instagram como TikTok ayudan a potenciar esto porque hoy, si no fuese por la fuerza de las redes sociales, no sé si el streaming repercutiría tanto”.

¿Hay futuro?

“Yo creo que el streaming es un camino de ida, aunque la tele se va a aggiornar a estos nuevos contenidos, que son para un cierto público y para el usuario que está con el teléfono mucho tiempo, acostumbrado a entrar a Twitch y a YouTube. Aunque también hay personas ‘de la vieja escuela’, muy acostumbrados a encender la TV, que hoy en día saben entrar a YouTube y poner un programa de streaming”, dice Maxi Fanelli, aportando desde su rol de periodista y usuario a la vez.

Fuente: www.clarin.com/viva

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