Una asociación convincente entre Bonmati, Hermoso, Putellas (dos balones de oro) y Redondo, que configuró una España más contundente, más sólida, ante una Inglaterra algo desfigurada, agarrotada, muy pendiente de lo que creaba e imaginaba su rival. Reaccionó algo el equipo inglés después del penal fallado por la española Hermoso que hubiera supuesto un dos a cero casi definitivo. El gol de Olga Carmona le bastó para alcanzar el final.

El fútbol femenino ha desplegado en este Mundial guiños de chispazos, de luces, sabores y sonidos. Imaginaciones desbordadas más cercanas a la creatividad que a la rigidez de la pizarra. Se percibe que se ha hecho mayor. Ha construido un «yo» que empieza a ser un «nosotros» con una identidad futbolística que nos reconoce y que se alimenta de un juego generoso para seguir soñando. Un fútbol cálido, luminoso, que se empecina, cada vez más, en acariciarte el alma.

(*) Ex jugador de Vélez, clubes de España, y campeón Mundial Tokio 1979.

José Luis Lanao
Por José Luis Lanao
Fuente: pagina12.com.ar