La influencer se encuentra en Tel Aviv para brindar asistencia en el conflicto bélico que atraviesan ambos países y mostró algunas imágenes de cómo es su día a día.
Movilizada por las imágenes y atrocidades que padece el país hermano y la colectividad judía, la modelo decidió viajar a Tel Aviv para ofrecerse como voluntaria humanitaria y prestar su ayuda: “Cuando pasó lo que pasó, no fue solo la naturaleza sino también aferrarme a lo que es el judaísmo, a Hashem que me mantuvo de pie en los peores momentos», comentó para Infobae.
Y sumó: “Y lo mínimo que podía hacer es mostrar apoyo al pueblo judío, que es mi pueblo, mi comunidad”. Asimismo, Victoria contó cómo fue que habló con sus hijos de 9 y 10 años sobre el tema y dijo: «Absorbí el judaísmo y entendí que la verdad es el mejor camino y es una responsabilidad. Yo no les miento ni les oculto, los crío con el ejemplo y quiero que vean una persona con los valores bien puestos”, advirtió.
Mientras que aseguró que en este contexto no hay opción: «No se puede dudar», argumentó. Sobre su arribo a Israel,contó que lo primero que hizo fue besar el suelo, como hace cada vez que llega a Tel Aviv. “Doy un beso por cada miembro de mi familia”, revela, y profundiza sobre la simbología de esa acción. “Estamos acá para proteger nuestra tierra. Obviamente que los héroes son los que salen a dar la vida por todos nosotros, y lo mínimo que podemos hacer es ayudar a protegerla como hicimos todos estos años», remarcó.
«Acá tengo muchos amigos que están peleando en distintos frentes. Rabinos que me ayudaron a este proceso interno de entender en profundidad lo que es el judaísmo, el significado de la familia, que estemos todos juntos. Sé que siempre me van a abrir las puertas y ahora me estoy quedando en la casa de uno de ellos”, resaltó sobre su estadía.
Luego diferenció las sensaciones de ver la realidad por los medios a estar en la calle en medio del conflicto: “Una cosa es verlo por la tele, o las redes con la cantidad de fake news que hay. Cuando estás acá, la piel se te eriza, el corazón se te hiela y no volves a ver la vida como antes”, sentencia. “Estés donde estés, el corazón está roto. Es una línea moral, Israel somos todos no importa que religión tengas. Acá estamos todos defendiendo lo mismo, es el bien contra el mal”, sentenció.
Y narró un episodio personal: «Tenés un minuto y 15 segundos para llegar a un refugio, yo estaba ayudando en un puesto y no llegué. Cuando explotan los bombazos todo tiembla, se mueve el piso y me caí. Me dieron dos puntos en el labio, pero es la nada misma a comparación de lo que pasa”, recordó.
Ya más específicamente sobre su labor en la ciudad Victoria contó para el medio que acaba de prestar asistencia en uno de los puestos en los que recortan y entregan cintas amarillas a los familiares de los secuestrados, una manera simbólica de pedir por el regreso a casa.
Allí también organizan la comida que deja la gente de manera voluntaria y brindan apoyo emocional a aquellos que transitan horas críticas. “No me quiero imaginar el proceso interno de cada persona que espera que le devuelvan un hijo, que le devuelvan un bebé. Y ahí ves la parte emotiva, ese rayito de luz que sale en el pueblo judío en medio de esta cosa tan tremenda”, señaló.
Así como también comentó: “Vamos a buscar al colegio a nenes que se quedaron sin padres, o asistimos a ancianos que están solos y nos necesitan”, explicó. Para cerrar llamó a todos aquellos que son comunicadores a ayudar y dijo: “Las personas que tenemos un poquito de voz o influencia tenemos que actuar ahora, en vez de hacer pavadas”.
Fuente: filo.news