La distinción ciudad residuos cero no significa que Kiel haya dejado de producir desechos, ya que la cantidad de residuos generados en Alemania, como en muchas otras partes del mundo, sigue siendo significativa. Sin embargo, lo que esta designación representa es un sólido compromiso de responsabilidad social y un plan concreto para abordar de manera efectiva el problema de los residuos.
Un paso en la dirección correcta
Bettina Aust, una política del Partido Verde que fue elegida presidenta del consejo de la ciudad de Kiel en junio, describe la declaración de ciudad residuos cero como un paso en la dirección correcta. Ella enfatiza la importancia de no quedarse estático en la lucha contra los desechos. En Kiel, la iniciativa de residuos cero ha llevado a una serie de proyectos y cambios en el comportamiento de la ciudadanía.
Si bien es cierto que Alemania es reconocida como líder mundial en reciclaje, también una de las economías más contaminantes de Europa. En 2021, el alemán promedio generó 646 kg de residuos, superando al ciudadano promedio de la Unión Europea (UE), que produjo 530 kg. Solo cuatro países de la UE superaron a Alemania en cuanto a la generación de residuos.
Dino Klösen, un gerente de la empresa de gestión de residuos ABK en Kiel, señala que las tendencias en el consumo alemán se reflejan en los tipos de residuos que se generan. Anteriormente, los contenedores de reciclaje de papel solían llenarse con periódicos, pero en la era del comercio en línea, estos contenedores ahora están repletos de cartón de paquetes de entrega.
Estrategias innovadoras para la reducción de residuos
En respuesta a la creciente cantidad de residuos, ciudades como Kiel están explorando estrategias innovadoras para reducir la producción de residuos y fomentar el reciclaje. Entre las medidas implementadas se encuentran la prohibición de artículos de un solo uso en instituciones públicas, la instalación de más fuentes de agua potable pública y programas educativos sobre la gestión de residuos en las escuelas.
Además, se están alentando cambios de comportamiento simples, como el uso de barras de jabón sólido en lugar de comprar botellas de plástico. Una de las propuestas más significativas es el sistema «paga por lo que tiras», donde las personas solo pagan por los residuos que arrojan al contenedor de residuos mixtos. Según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente, solo alrededor del 30% de Alemania está cubierta por este tipo de esquema, pero las áreas que lo implementaron vieron una reducción promedio del 25% en los residuos mixtos.
Desafíos de la ciudad residuos cero
El reciclaje está profundamente arraigado en la cultura alemana. En 2021, los alemanes recogieron más del 67% de sus residuos sólidos municipales para su posterior reutilización, más que cualquier otro país de Europa. El resto se quema para generar energía y solo el 1% se envía a vertederos, en comparación con el promedio de la UE, que es del 16%.
Sin embargo, incluso en Alemania, no todos reciclan correctamente. Los errores comunes, como poner cajas de pizza en el contenedor de «papel» a pesar de estar contaminadas con aceite, son señales de que la educación y el comportamiento de las personas aún presentan desafíos.
El sistema de reciclaje alemán puede resultar complicado para los turistas, inmigrantes y, a veces, incluso para los propios alemanes. La disposición de los residuos en Alemania es una obligación legal desde 2015 y se ve facilitada por una amplia variedad de contenedores en espacios públicos y edificios de apartamentos. Además, los recolectores de residuos se niegan a recoger contenedores mal llenados y dejan notas en las bolsas que contienen elementos inapropiados.
Acciones inspiradoras
Otro de los aspectos significativos de la gestión de residuos es el desperdicio de alimentos. Alemania desecha 11 millones de toneladas de alimentos al año, de las cuales el 59% proviene de hogares privados. El gobierno federal ha establecido el objetivo de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos de las personas y los restaurantes para fines de la década, pero hasta el momento ha tenido dificultades para avanzar en esta dirección.
Pero a pesar de los desafíos para la ciuedad de Kiel en la gestión de residuos, su experiencia ofrece valiosas lecciones para el mundo. Si bien el reciclaje es una parte crucial de la solución, es insuficiente para abordar la crisis de los residuos por sí solo. Se requieren cambios en el comportamiento de las personas, así como esfuerzos para reducir y reutilizar antes de reciclar. La educación pública y la conciencia son esenciales, y es importante que las comunidades fomenten un enfoque más holístico hacia la gestión de residuos.
Además, Alemania demuestra que, incluso en una sociedad altamente desarrollada y comprometida con el reciclaje, la necesidad de reducir la producción de residuos en primer lugar sigue siendo un desafío importante. La lucha contra los residuos no se trata solo de limpiar el desorden, sino de evitar su creación desde el principio.
Kiel, la «ciudad residuos cero» de Alemania, es un ejemplo inspirador de cómo una comunidad puede tomar medidas significativas para abordar la crisis de los residuos, pero también nos recuerda que la gestión de residuos implica acciones de responsabilidad social continua que requiere la participación activa de gobierno, empresas y sociedad en general. Las lecciones aprendidas en Kiel pueden guiar a otras ciudades y naciones en su búsqueda de un futuro más sostenible y limpio.