Ante un ataque de ansiedad conviene mantener la calma, no dejarse llevar por el miedo y tratar de normalizar la respiración inspirando por la nariz y expirando por la boca de forma rítmica y cada vez más pausada.
Un ataque o una crisis de ansiedad no entiende de edades y la pueden sufrir niños, adolescentes, jóvenes, adultos y mayores; es lo que en el ámbito de la psicología y la psiquiatría se conoce como ataque de pánico. Y no se trata de un hecho aislado, ya que alrededor del 30% de la población ha sufrido alguna vez un ataque así, aunque muchas veces estas personas no sean conscientes de que lo están sufriendo.
Este ataque de pánico o ansiedad se caracteriza porque puede aparecer de manera repentina y provocar mucho miedo, hasta el punto de pensar que te ahogas, que no puedes respirar de forma acompasada e, incluso, que te esté dando un infarto. Las situaciones de mucha angustia pueden estar asociadas a este tipo de ataques, aunque es habitual que una persona no sufra más de uno o dos ataques en su vida. En caso de que los ataques de ansiedad se repitieran, nos hallaríamos ante otra afección llamada trastorno del pánico.
Síntomas de una crisis de ansiedad
Como ya hemos señalado, la crisis de ansiedad puede aparecer sin avisar, de forma súbita, y en cualquier momento; mientras se está trabajando, en casa, conduciendo y hasta dormido.
Estos son los síntomas más frecuentes:
👉Sudoración
👉Aumento de la frecuencia cardíaca
👉Mareo
👉Sensación de ahogo
👉Temblores
👉Presión en el pecho
👉Taquicardia
👉Sofocos
👉Dolor de cabeza
👉Dolor en el pecho
👉Entumecimiento u hormigueo
Los médicos aseguran que estos síntomas preparan al cuerpo para reaccionar y evitar ese peligro, luchando o huyendo. Es decir, es una respuesta de alarma del organismo, un indicador de que algo no funciona.
Causas de una crisis de ansiedad
El concepto de crisis de ansiedad va unido en la mayoría de las ocasiones a otro de índole psicológica, el de estrés. Los médicos aseguran que una de las principales causas que provocan las crisis de ansiedad son los estados de estrés, ya sea continuado en el tiempo, o de forma puntual. En cada persona, estas causas serán diferentes; desempleo, problemas conyugales, laborales, falta de tiempo para uno mismo, etc. No obstante, los psicólogos también valoran en cada caso que una crisis de ansiedad sea síntoma de un trastorno mental, como la agorafobia. Por otro lado, también se asocia la hiperlaxitud articular (HLA) al riesgo de sufrir ansiedad.
La doctora Garrido Picazo, en el artículo científico Terapéutica en Atención Primaria: Manejo de la ansiedad en Atención Primaria, enumera los siguientes:
- Fobia simple o específica: ante situaciones u objetos específicos.
- Trastorno obsesivo-compulsivo: en relación con pensamientos recurrentes y persistentes (obsesiones) y/o rituales recurrentes (compulsiones).
- Trastorno por estrés postraumático: ante la reexperimentación de un acontecimiento altamente traumático.
- Trastorno por angustia: si las crisis se repiten.
- Trastorno mixto ansioso-depresivo: cuando es difícil diferenciar si es debido a un cuadro ansioso o depresivo.
Por otro lado, también diferencian entre un hecho puntual, como es una crisis de ansiedad que puede sufrir una persona encontrándose bien antes y después de sufrir este episodio, y otro permanente. En este último caso, se estaría hablando de un trastorno de ansiedad generalizado y se caracteriza porque la persona en cuestión se encuentra mal de forma continuada.
Cómo actuar y qué hacer
Lo más efectivo es pensar que este estado de angustia va a pasar, que una persona que sufre un ataque de ansiedad no se está muriendo y que cuanto más piense en lo mal y agobiada que esté, peor. Si es la primera vez que sufre un ataque así, hay que acudir a los servicios de urgencias para descartar un infarto. No obstante, ayuda mucho centrarse en que el momento de pánico es pasajero, aunque esto no es fácil. Una serie de consejos ayudan a conseguirlo:
⏩Concentración en un punto concreto, ya sea en una persona, en un detalle u objeto. De esta manera, la persona que sufre el ataque se distraerá y pensará en otra cosa.
⏩Sentarse en un lugar tranquilo, alejado de música, del barullo y de las multitudes.
⏩Cerrar los ojos y visualizar algo que nos guste, ya sea un recuerdo con la familia, con los hijos, un paisaje, unas vacaciones, etc.
⏩Controlar la respiración. Es importante controlar esa hiperventilación que provoca un cuadro de ansiedad; una bolsa de papel ayuda a controlar la respiración. Hay que tomar aire por la boca mientras se cuenta hasta cuatro, mantenerlo unos segundos y luego soltarlo en la bolsa despacio contando hasta cuatro otra vez.
Tratamiento y otras curiosidades
No existe un tratamiento como tal cuando se sufre un ataque de ansiedad, puesto que se considera un hecho puntual. Sin embargo, cuando se repite y es crónico, hay que acudir al médico para que evalúe cada caso particular, el origen de esos ataques, la evolución, etc. En cada caso, el médico realizará un diagnóstico en función de otras patologías si las tuviera, puede recetar fármacos y/o la realización de ejercicio físico, técnicas de relajación, etc.
En la Universidad de Cambridge han realizado un estudio global sobre la ansiedad con el fin de determinar qué culturas, sexos y grupos de edad tienen más probabilidades de padecerla. Estas son algunas de las conclusiones a la que han llegado:
➡Las mujeres tienen el doble de probabilidades de padecer ansiedad que los hombres.
➡Los jóvenes tienen más probabilidades de padecer ansiedad.
➡La adicción a los opioides está relacionada con el aumento del riesgo a padecer ansiedad.
➡Las personas adictas al juego o a internet tienen más probabilidades de sufrir ansiedad.
➡A menudo, la ansiedad aparece con otras enfermedades mentales o neurológicas.
➡Ciertas enfermedades están asociadas a unos índices de ansiedad altos
➡Un pasado traumático puede ser causa de un elevado índice de ansiedad.
➡Hay que vigilar los niveles de ansiedad durante el embarazo.
Por EROSKI Consumer