Los remedios caseros, basados en productos naturales, ayudan a cuidarse de forma económica.
1. Aceitunas y limón para mareos
Comer unas aceitunas o chupar un limón puede ayudar a no marearse al viajar, ya que contienen tanino, una sustancia que detiene las náuseas. Asimismo, chupar unos caramelos de jengibre también puede servir de sistema antimareo, además de para la tos. Estos caramelos se pueden hacer en casa de manera sencilla, como explican en este vídeo:
2. Ajo y cebolla contra los resfriados
Los resfriados pueden sobrellevarse mejor con varios remedios caseros. Uno de ellos es respirar los efluvios que desprenden el ajo o la cebolla, ya que contienen azufre, que posee un poder antiinfeccioso. El caldo de pollo puede ser también un buen aliado contra los catarros, ya que puede disminuir la inflamación de las mucosidades. Menos conocida es la equinácea, una hierba capaz de reducir los síntomas del resfriado.
3. Alcohol para quitar el olor de pies
El clásico olor a pies se puede eliminar, si se limpian con un trapo empapado en alcohol, ya que su efecto antiséptico combate las bacterias y hongos que lo provocan.
4. Aloe vera contra el estreñimiento
El aloe vera es una planta bastante popular por sus diversas propiedades. Se puede usar en cremas para hidratar y cuidar la piel, pero también es conocida por su acción digestiva que favorece el tránsito intestinal. Otra manera de acabar con el estreñimiento es tomar una cucharadita de aceite de oliva cada día por la mañana para estimular el sistema digestivo.
5. Azúcar contra el hipo
Tomarse una cucharadita de azúcar puede contribuir a acabar con esos molestos ataques de hipo. Ello se debe a que el sabor dulce llega a los receptores y nervios de la lengua y la boca, contribuyendo a parar los espasmos.
Imagen: sebastiangauert
6. Hielo para el dolor de cabeza
Colocarse una bolsa con hielos en la cabeza o en la parte posterior del cuello ayuda a reducir el dolor de cabeza. Otro remedio para combatir las molestas migrañas consiste en ponerse un lápiz entre los dientes sin morder, con la idea de que los músculos que conectan la mandíbula con la sien se relajen y reduzcan la tensión.
7. Infusión de regaliz contra la acidez de estómago
Tomarse una infusión de regaliz estimula la secreción mucosa de las paredes del estómago y contribuye así a reducir la acidez y las úlceras. El zumo de limón también sirve para este objetivo, aunque actúa de otra forma: el ácido cítrico produce en el estómago dióxido de carbono (CO2), que en presencia del agua del organismo se convierte en bicarbonato, una sustancia muy conocida para la acidez estomacal.
8. Manzanas y zanahorias para limpiar los dientes
Comer frutas, y en concreto manzanas, es muy saludable, como recuerda un clásico refrán anglosajón: «An apple a day keeps the doctor away» (Una manzana al día mantiene lejos al médico). Entre otras propiedades, las manzanas contribuyen a la limpieza dental, gracias a que contienen ácido málico que ayuda a blanquear el esmalte. De manera similar masticar zanahorias crudas reduce la placa bacteriana de la dentadura. Y no es la única propiedad que se puede aprovechar de dicha hortaliza, ya que también puede servir para proteger la vista, gracias a que contiene betacarotenos, precursores de la vitamina A.
Imagen: Neil Gould
9. Mascarillas vegetales para la piel
Las clásicas rodajas de pepino en la cara son una de las imágenes más populares que se tienen de las mascarillas naturales. Y es que los vegetales refrescan e hidratan la piel y combaten el envejecimiento. Pero no son los únicos elementos caseros que es posible utilizar para cuidar la piel. Una crema hidratante mezclada con restos de café molido y aplicada durante unos 10 minutos reduce la celulitis. El acné se puede combatir untando los granos con miel durante unos 15 minutos, limpiándolo después con agua tibia. Para hidratar las pieles secas se puede masajear durante cinco minutos con un poco de aceite de oliva, que también se puede emplear para desmaquillarse.
10. Miel contra la tos
Tomarse una cucharada de miel, sobre todo antes de acostarse, ayuda a reducir la tos. Asimismo, hacer gárgaras con agua con una pizca de sal durante varias veces al día alivia las gargantas irritadas.
Fuente: www.consumer.es