La candidata de Juntos por el Cambio busca una remontada en la discusión con los otros candidatos. El ministro de Economía tiene tres asesores internacionales que empezarán a jugar fuerte.
Los focos le dan de frente, hasta casi encandilarla. Ella está detrás del atril. Hay un cronómetro enorme funcionando. Es la segunda vez que practica, pero todavía faltan tres y serán más difíciles. Patricia Bullrich ensaya en un estudio de televisión de Villa Urquiza cada instancia del debate presidencial del domingo próximo. La semana que viene no estará sola en ese escenario. Habrá un atril por cada candidato, y se repartirán roles para representarlos entre Hernán Lombardi (que posiblemente “haga” de Milei), Laura Alonso (en el papel de Myriam Bregman), Juan Pablo Arenaza y uno más a definir podrían repartirse los lugares de Massa y Schiaretti.
Sergio Massa suma publicistas a su campaña y busca refinar el “plan platita”
En el cuarto piso de la sede UxP en la calle Mitre se agolpan los publicistas que acumula la campaña de Sergio Massa. Después de las PASO ingresó un personaje nuevo que esmeriló el despliegue del catalán Antoni Gutiérrez Rubí. Viene de Brasil, se llama Edinho Silva, es intendente de un municipio mediano del Estado de San Pablo pero es el favorito de Lula a la hora de las estrategias de campaña. Autor intelectual del “plan platita”, su rol en todo lo que está decidiendo el ministro es fundamental. Massa tiene una multinacional de la publicidad electoral: el catalán, el brasileño y el equipo norteamericano de Dani Restrepo, que coacheó a Obama en sus debates presidenciales. La semana que viene harán un ensayo general en un salón que ya alquilaron, pero hace veinte días que trabajan meticulosamente.
Javier Milei tiene a sus equipos técnicos armando contenidos, pero todavía no se sentó ni treinta segundos con su amigo y consultor, Santiago Caputo, un politólogo que lo apuntalará para esa contienda y que espera verlo aunque sea unas horas la semana que viene para moldear el desempeño del candidato.
Faltan treinta días para las elecciones, pero crece una certeza entre los estrategas de campaña: lo que suceda el 1ro en Santiago del Estero y el 8 de octubre en la Facultad de Derecho durante los debates presidenciales, podría definir el curso de las cosas.
Milei y Massa están bailando una coreografía de intereses compartidos. Se necesitan juntos en el balotaje y están jugando al filo de la complicidad. El apoyo al impuesto a las ganancias de esta semana fue solo un ejemplo de una serie de gestos que pasaron y que seguirán. El libertario entiende que en segunda vuelta con Massa gana y con Bullrich es más difícil. Lo mismo harán el 1 de octubre en Santiago del Estero. Tratar de concentrar la pelea entre ellos dos.
El Ministro acelera sintiéndose competitivo en este contexto delirante de inflación (el índice mayorista de agosto del 18,7%, asegura que el número de septiembre que se conocerá una semana antes del 22 de octubre, dará otro dato catastrófico). Una cámara de TN tomó el momento fuera de aire en los debates de Vices, cuando Rossi comete un sincericidio hablándole al oído a Randazzo: “No solamente derribamos la ley de gravedad sino todos los tratos de física cuántica”, susurra riéndose sobre el milagro de seguir en carrera. Les quedan cinco días de gracia para seguir con sus anuncios diarios del “plan platita”. El calendario electoral le prohíbe a partir del 27 seguir haciendo anuncios que puedan empujar el voto.
Javier Milei se enfoca en el interior de PBA y se abraza a Luis Barrionuevo
Javier Milei recorre la provincia de Buenos Aires y el país con una intensidad que no tuvo en las PASO. Va con su motosierra, su hermana y dos custodios armados, Pablo y Johny, que lo siguen a todos lados. Los dos hombres cuidan a los hermanos. La paranoia por su seguridad es alta. Esta semana en Bahía Blanca, los requisitos de custodia dejaron una anécdota casi cómica. Para trasladarlo de Bahía a Punta Alta había diez camionetas nuevas y relucientes dispuestas a llevar al candidato, pero sus guardaespaldas no aceptan que otro chofer maneje en el tramo de una ciudad a otra, aún cuando queden cerca. Como nadie se animaba a ceder el volante por miedo a un accidente que no cubra el seguro, terminó yendo en un vehículo destartalado que ofrendó un vecino.
En el itinerario de campaña, Milei tiene una cita hoy con Luis Barrionuevo. Se vieron dos veces a solas y fue amor. Algunos integrantes de la Libertad Avanza que se reunieron con el gastronómico temían que esa sintonía entre los dos fuera todo una exageración del sindicalista, pero no, Milei está encantado con ese vínculo. Barrionuevo había querido acercarse el año pasado pero no tuvo suerte y en el medio apoyó la fugaz candidatura de Wado De Pedro, pero eso ya es historia.
Ahora organizó una cena que cuesta 200 mil pesos el cubierto (la de recaudación de Massa valía 100 mil) para juntarle fondos al libertario y escucharlo como orador en un cocktail en Parque Norte. A los tres mil invitados le llega por WhatsApp la convocatoria con la consigna “ya falta poco para que veas a Javier Milei!” y adjuntan el CBU del sindicato para que transfieran el precio de la entrada.
En Argentina, un mes son mil destinos posibles. Y esta elección está escrita como una bifurcación en la historia sin importar cuál sea el resultado final. Hay un hombre clave en la mesa chica del oficialismo que apenas tiene tiempo para dormir pero está obsesionado con la historia alemana. No es por razones caprichosas. Acaba de terminar un libro que le recomendó el papa Francisco: “A treinta días del poder”, escrito por Henry Ashby Turner, un profesor de la Universidad de Yale que recorrió minuciosamente, como una crónica novelada, las intrigas de palacio que ayudaron al ascenso del Hitler, cuando era un marginal de la política. El texto explora los sentimientos humanos más esenciales de “la casta” de ese momento: revanchas personales, orgullos heridos, amistades rotas y deseos de venganza, un entramado enredado que terminó allanándole el camino al Fuhrer. “Creyeron que si dejaban correr a ese loquito, se caía en tres meses”, dice, preocupado.
Las últimas encuestas que miran Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa
La última encuesta a la que todos prestan atención tiene apenas cuatro días y es de Federico Aurelio de la consultora Aresco. El mismo consultor que hizo entrar en pánico a los equipos de campaña cuando hace dos semanas le dio 39 puntos al libertario con una proyección que podía ponerlo en primera vuelta. Ahora ese índice bajó a 35,9% para Milei, 29,4%, para Massa y 23,9% para Bullrich. La lectura es clara: lo que baja Milei, lo sube Bullrich y viceversa. Falta un mes para la elección. Todo puede pasar.
Por: Luciana Geuna
Fuente: tn.com.ar