Cómo se informan los jóvenes

Este primer capítulo de la investigación reclutó a 92 españoles de entre 15 y 24 años, pero el proyecto se prolongará durante todo el año y buscan encuestar a casi 9.000 jóvenes europeos para preguntarles qué elementos influyen a la hora de crear o compartir una información en sus redes sociales.
«Nos movió comenzar la investigación una fuerte preocupación: los datos nos dicen que los jóvenes acuden a fuentes oscuras para informarse, a actores ajenos a la profesión periodística», contó Pedro Farias, profesor de Periodismo de la Universidad de Málaga e investigador principal del proyecto.
Según El País, el trabajo fue financiado por el ministerio de Ciencia e Innovación y monitoreó el comportamiento de los jóvenes durante tres semanas entre mayo y julio del 2022: la primera con un uso normal del teléfono, la segunda sin el dispositivo y la tercera de nuevo con el teléfono. Durante la última semana, los participantes anotaron sus reflexiones en un diario y contestaron las encuestas semanales.
Durante los primeros siete días se registró un tiempo medio de consumo de cinco horas diarias, de las que cuatro se dedicaron a las redes sociales
Según el estudio, en esa semana a penas se enteraron de algún evento de actualidad. «Gracias al teléfono las noticias llevan a vos y no tenés que ir a buscarlas», opinó Vargas. Asimismo, la gran mayoría de los participantes dijeron que comprar el diario en papel «no sirve de nada», ya que en internet las noticias están más actualizadas.

Las ventajas de estar sin el celular

Según lo que reportaron los jóvenes, a lo largo de la semana sin el celular la mayoría sintió incomodidad, ansiedad, inseguridad y dependencia, pero para otros, supuso una cierta “liberación”: pudieron retomar contacto con sus seres queridos y dispusieron más tiempo libre para realizar otras actividades.
«Cuando estoy en mi casa, después de cenar, me voy a mi cuarto a ver TikTok y al no tener el celular hice más vida en familia«; «Vi una serie con mis padres sin distracción y lo disfruté«; «Esta semana apenas discutí por mi uso del teléfono, fue un alivio«, comentaron los participantes.
A su vez, reportaron una mayor concentración a la hora de hacer los deberes escolares: «Me ayudó un montón estar sin el celular; hice todos los trabajos en menos tiempo». En esa línea, otros también destacaron que les nació retomar la lectura: «Conseguí leerme un libro completo. Hace seis años que no leía uno por placer».
De esta manera, los autores del estudio creen que lograron que los jóvenes recapaciten sobre sus excesos digitales. Según dio testimonio Lorena Vargas, a la noche se quedaba viendo videos en TikTok por cuatro horas antes de dormir. «Vivo con tres compañeras, charlamos un poco después de comer y cada una se mete en su cuarto, hace años que no veo la tele», contó.
En su semana sin el celular, regresó a la lectura de novelas y consiguió disminuir el tiempo de pantalla por la mitad: después del experimento, solo le dedica dos horas a ese ocio nocturno en las redes. De todas formas, no se mostró muy optimista a que le vaya a durar.
«Ver a todo el mundo con el móvil en el transporte público me creaba necesidad de usarlo»
De todos modos, para otros la cuestión redes sociales e información no fueron la peor parte. Lo que más extrañaron fue el GPS: “Fue un drama, me oriento fatal, tuvo que imprimir un mapa”, dijo Amparo García, también de 21 años. Contó que esa semana durmió en la gloria, sin la presión de tener que contestar a los grupos de WhatsApp. Junto a las llamadas, esta aplicación es la que concentra sus casi cuatro horas diarias de consumo del dispositivo. “Cuando lo encendí, tenía 700 mensajes sin leer de 140 chats, eso es lo que más tiempo me ocupa, no todos estamos atrapados en las redes”, expresó.

Otras investigaciones sobre el consumo de noticias online

En el informe previamente mencionado de Reuters, alertaron a los medios tradicionales sobre el desafío de atraer a las nuevas generaciones, así como el de conseguir que paguen por sus contenidos. A partir de una investigación que realizaron a más de 93.000 consumidores de 46 países, señalaron que a los jóvenes les resulta más difícil de entender la manera de contar historias que emplean los medios tradicionales.
El formato más rápido, informal y personalizado de las redes sociales les resulta más atractivo, y por ende, desde el boom de Tiktok en 2020, el incremento del uso de esta plataforma para informarse creció un 12% en dos años.
Por otro lado, en el informe de la OCDE Lectores del siglo XXI: desarrollando competencias de lectura en un mundo digital, de mayo del 2021, le preguntaron a estudiantes españoles de 15 años si tenían dificultades para identificar textos sesgados: mientras el 46% de los estudiantes señaló haber recibido formación en su centro escolar sobre cómo reconocer si la información es o no fiable, en la media de los países de la OCDE ascendió a un 54%. En países como Australia, Canadá, Dinamarca y Estados Unidos, más del 70% de los adolescentes aseguraron haber recibido dicha formación en sus institutos. A su vez, a la pregunta sobre si los alumnos eran capaces de distinguir entre hechos y opiniones, un 41% de los españoles contestó que sí, frente al 47% de media de los países de la OCDE.
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Por BAE Negocios