Se trata de tres imágenes representativas de tramas comunes en la pornografía como el yoga, una consulta médica y el viejo y confiable plomero a domicilio. Las sugerentes imágenes son acompañadas del texto “No aprendés de medicina viendo porno…mucho menos de sexo”.
Entre forros y aliados.
Con sus altibajos, los intentos reaccionarios de desestabilizar la implementación de la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI) se mantienen persistentes desde su creación, en el año 2006. Ya sea por un ataque directo o indirecto, semana a semana nos encontramos sin poder creer que el derecho de infancias y adolescencias a recibir ESI tenga que ser defendido y son pocos los respiros que se dan llegando a ser los argumentos en contra tan disparatados como que “se travisten a los chicos” o que se “les obligan a abortar”.
Tal es el disparate que, semanas atrás, el candidato a jefe de Gobierno porteño por La Livertad Avanza Ramiro Marra, propuso fomentar el consumo de pornografía como reemplazo a la Ley de Educación Sexual Integral, normativa que considera que «adoctrina» a les estudiantes. Otra vez, a explicar lo obvio. Por eso fue más que grata la sorpresa —para variar un poco en este contexto— cuando el 23 de agosto en la vía pública y las redes, junto a radios y streamings se vio difundida la nueva campaña publicitaria de la marca de preservativos argentina Tulipán, titulada “No aprendés del porno”.
Se trata de tres imágenes representativas de tramas comunes en la pornografía como el yoga, una consulta médica y el viejo y confiable plomero a domicilio. Las sugerentes imágenes —que valga mencionar muestran identidades afro y una pareja de varones— son acompañadas del texto “No aprendés de medicina viendo porno…mucho menos de sexo”. Hacen lo propio con el yoga y la plomería. La pieza remata con la explicación de que “La pornografía es la principal fuente de educación sexual en los adolescentes. Cumplamos con la Educación Sexual Integral”.
Más de un forro quisiera tener la creatividad de esta campaña, celebrada y aplaudida en redes por usuaries defensores de la ESI. Felipe Kopelowicz, CEO en KOPELCO S.A compañia de la que forma parte Tulipán, dijo a SOY: “A través de las campañas queremos comunicar causas que nos parecen relevantes y temáticas sociales como es el caso de la Educación Sexual en los colegios. La pornografía no puede reemplazar a la ESI».
«Aprovechamos este micrófono para decir en voz alta lo que creemos que la sociedad está reclamando. Este debate no es un tema político, es sobre la educación. En este caso debemos hablar de ESI porque es nuestra responsabilidad como marca, un compromiso que tenemos», remarcó Kopelowicz. Es notable cómo un tema que se considera de manera peyorativa algo relacionado a la corrección política, es leído en este caso como un reclamo de la sociedad y por consecuencia, parte de la responsabilidad empresarial.
El 15 de julio la cuenta @tulipan_argentina decía sobre el aniversario de la Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina: “Celebremos la diversidad y la inclusión que permite que cada vez sean más las personas que pueden acceder a los mismos derechos”.
https://www.instagram.com/p/CuuI8chrL3a/?img_index=1 (Matrimonio igualitario)
Nobleza obliga, el CEO de Tulipán menciona explica que no es una mera campaña publicitaria, sino que forma parte de un compromiso tomado por la empresa “hace años”. «Ni siquiera lo vemos como polémico o político porque son cosas de las que las personas quieren hablar. Hicimos también campañas sobre el consentimiento, sobre la prevención de suicidios cuando se hacían virales videos en redes; no se me ocurre otra forma de encarar la comunicación que no sea desde el compromiso y la responsabilidad de marca».
¿Y en el aula?
Lucas Ledesma es investigador docente de la Universidad Nacional de La Plata, doctor en comunicación y docente de escuela secundaria quien toma la ESI como eje central de sus clases de Construcción de ciudadanía. «En algún punto la campaña es problemática porque unifica al porno, la hace monolítica, monocromática. Tenemos muchas categorías del porno que no es sólo el hegemónico”, relativiza Ledesma.
Así, desarrolla: “Hay otros discursos pornográficos que habilitan otros goces, placeres; también uno amateur, que desde lo más autogestivo promueve otras dinámicas y después algo muy importante que es el posporno. ´Las hijas del fuego´ o las investigaciones de Laura Milano hablan desde un sector del feminismo, la disidencia, lo subversivo que desde las miradas post-estructuralistas busca encontrar en el porno una acción transformadora. El mismo Paul Preciado menciona que no es al porno al que hay que censurar sino que con mucho más ímpetu hay que poder hablar de esas temáticas».
Es inútil pensar el debate como “porno sí, porno no” ni mucho menos esperar que tres imágenes producidas en el marco de la publicidad tape y desborde todos (todos) los agujeros. El investigador de la UNLP pondera lo siguiente: «No suelo traer al porno a las clases, ni como tema ni como algo ilustrativo. Pero sí son les pibis les que lo mencionan como una primera pedagogía de lo sexual”. “El tema es que si la escuela no puede dar herramientas para pensar esos guiones ficcionales de una película quedan desamparados frente a las caladuras que pueden tener en cómo ven la gestión del placer, las anatomías, los tiempos y los placeres. Hablan de lógicas que en definitiva excluye a la mayoría y en ese sentido sí el porno hegemónico es un puntapié para hablar de un montón de otras cosas que no tienen que ver con ese material en sí«.
En tanto a los dichos de Ramirro Marra, acerca de cómo la pornografía es alternativa a la educación sexual, Ledesma condena: «El problema más grande es que enmarcan a la ESI en un espacio sexo-genital, cuando en rigor la ESI no es ni una extensión de las clases de biología ni tiene que ver meramente con el ejercicio del placer”. En los espacios de ESI “se trabajan núcleos que van desde la autonomía del cuerpo, la perspectiva de una identidad sexual, social, autopercibida”, dice Ledesma, y “ abarca muchos ejes que piensa una vida integral de les pibis y que dan cuenta de trayectorias vitales hípercomplejas”.
Así, explica que en la ESI se aprende a poner límites, a reconocer cuándo un otre puede representar un peligro físico, afectivo, mental; reconocer prácticas y conductas relacionadas con abusos, violencias, bullying; que la ESI es un conjunto de conocimientos que brindan autonomía y permiten construir recursos para pensarse sujetos cívicos: con sus obligaciones y sus derechos.
«Creo que esta campaña puede ser aliada a muchas perspectivas de lo que es una tramitación sexual sana (y por supuesto que el porno ahí ingresa por su condimento hegemónico), y también a pensar cuánto del porno las personas mayores que no tuvieron ESI incorporaron y cuánto de eso pueden replantearse, porque en definitiva, el porno amateur y el posporno pueden ser materiales subversivos para pensar la diversidad y las identidades», cierra el investigador.
https://twitter.com/TulipanARG/status/1694370926001881119 (Hilo de tw)