La presidenta Xiomara Castro, quien en 2021 fue elegida como la primera mujer presidenta de Honduras, firmó un decreto ejecutivo que levanta la prohibición impuesta en 2009.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, firmó el miércoles un acuerdo ejecutivo con el que se levanta una larga prohibición sobre las píldoras anticonceptivas de emergencia, cumpliendo así su promesa electoral de cambiar esa política, una medida que durante años fue solicitada por grupos feministas.
Castro, quien firmó el acuerdo el Día Internacional de la Mujer, dijo en Twitter que la píldora anticonceptiva de emergencia forma “parte de los derechos reproductivos de la mujer y no es abortiva”, citando a la Organización Mundial de la Salud.
La medida fue celebrada por organizaciones feministas y de derechos humanos, y es una importante victoria para Castro, quien en 2021 fue elegida como la primera mujer presidenta de Honduras y quien hizo campaña prometiendo revocar la prohibición de las píldoras anticonceptivas de emergencia, entre otras políticas.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, durante un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York en 2022. El miércoles firmó una orden ejecutiva que levanta la prohibición de las píldoras anticonceptivas de emergencia.Credit…Amr Alfiky/Reuters
Pero, en un país que es mayoritariamente católico, la medida de Castro encontró resistencia.
Mirtha Gutiérrez, secretaria de Derechos Humanos de Honduras, dijo que el acuerdo de la presidenta era un “gran paso” y que el gobierno hondureño seguirá tomando más decisiones por las mujeres.
“Como gobierno creemos que es importante seguir avanzando en los derechos de las mujeres”, dijo Gutiérrez. “Este es el comienzo de un largo esfuerzo conjunto con las mujeres de Honduras”.
Honduras era el único país del mundo que había impuesto una prohibición legal general contra las píldoras anticonceptivas de emergencia, según el Consorcio Internacional de Anticoncepción de Emergencia, un grupo de investigación que se enfoca en las políticas públicas. La prohibición se promulgó en 2009. Honduras sigue siendo uno de los pocos países latinoamericanos que prohíben el aborto en cualquier circunstancia.
Human Rights Watch, una organización internacional, dijo que la medida de Castro “es particularmente importante en un contexto en el que el aborto es ilegal en todas las circunstancias y constituye un paso hacia adelante en el reconocimiento de los derechos reproductivos de las personas embarazadas”.
Regina Fonseca, activista feminista y cofundadora del Centro de Derechos de la Mujer de Honduras, dijo que el acuerdo de la presidenta era “un enorme triunfo” que se había gestado durante 13 años.
“¿A cuántas niñas les cortaron las alas porque tuvieron que vivir la maternidad antes de tiempo?”, dijo Fonseca. “Es maravilloso que haya pasado esto y que las generaciones futuras tengan mejores oportunidades que las que hemos tenido estos últimos años”.
Pero no todos los hondureños apoyaron el acuerdo de la presidenta, y algunos ni siquiera sabían que eso había sucedido. En Tegucigalpa, la capital del país, cerca del Hospital Escuela, el mayor centro asistencial de Honduras, pocas personas sabían de la aprobación.
Sandra Sierra, de 30 años y trabajadora doméstica, dijo que se oponía a la medida.
“Es peligroso para la salud”, dijo Sierra refiriéndose a los efectos de las píldoras. Aunque las píldoras anticonceptivas de emergencia pueden causar efectos secundarios, como náuseas y vómitos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por su sigla en inglés) las considera seguras cuando se ingieren siguiendo las instrucciones.
Ana María Cáceres, de 42 años, vendedora ambulante y madre de tres hijos, acompañaba a su hija de 20 años a una consulta de embarazo cuando se enteró de la medida. Su hija está embarazada de seis meses de su segundo hijo.
“Está bien cuando se haya cometido una violación porque hay mujeres que, si han sido maltratadas, no quieren tener un hijo”, dijo Cáceres. “Pero, cuando es por placer, no”.
Durante mucho tiempo, el uso de la anticoncepción de emergencia en Honduras ha enfrentado la oposición de las principales congregaciones cristianas, que sostienen que esas píldoras podrían interrumpir un embarazo ya comprobado.
Esos grupos han citado la etiqueta de Plan B One-Step, un anticonceptivo de emergencia que es muy popular en Estados Unidos. El envase del fármaco dice que es posible que el medicamento impida que un óvulo fecundado se adhiera al útero. Sin embargo, no hay evidencia científica que lo pruebe. En diciembre, la FDA anunció que aclararía la información sobre las píldoras anticonceptivas de emergencia más utilizadas para indicar que no impiden que un óvulo fecundado se implante en el útero. La agencia explicó que estos productos no pueden describirse como píldoras abortivas.
Jesus Jiménez y