Cientos de policías buscan al sospechoso de matar a 18 personas. La población permanece en sus casas.
El sospechoso de ser el autor de la masacre, Robert Card, un militar en la reserva de 40 años que estuvo dos semanas en un psiquiátrico, está prófugo. La policía lo busca por todos lados.
“Estamos encerrados y en shock”, dijo a TN la periodista argentina Constanza Preti, que vive con su esposo estadounidense y sus tres hijos pequeños en Falmouth, a solo 30 minutos del epicentro de la matanza.
Cómo fue el tiroteo masivo en el que murieron 18 personas en Maine
El tiroteo ocurrió el miércoles por la noche en un restaurante y en un bowling de Lewiston. El sospechoso disparó a mansalva y mató a 18 personas e hirió a otras 13. El hombre huyó tras el ataque y es intensamente buscado por la policía.
“Había estado con mi familia muy cerca de ahí el sábado, festejando el cumpleaños de la hija de una amiga. Anoche estábamos cenando afuera cuando escuchamos que en la mesa de atrás hablaban del tiroteo y salimos corriendo para la casa”, contó Petri.
Preti vive en Estados Unidos desde 2010. Primero en Nueva York y desde hace tres años en Maine. Sus hijos tienen 5 años y los mellizos 3.
“Cuando llegamos a la casa vimos las noticias. A las 4 de la madrugada nos llegó un mensaje de la escuela para avisarnos que el colegio estaba cerrado hasta nuevo aviso. El sospechoso sigue suelto por ahí”, contó.
Tanto ella como su esposo trabajan desde su casa. Afuera no hay nadie. “Me cancelaron un turno médico. Cerraron los edificios públicos, los supermercados y hasta una tienda que abre las 24 horas. Todo el mundo está en shock. Nuestro plan no es salir en absoluto”, afirmó.
Preti contó que su marido salió solo un momento a la vereda a sacar la basura. “No hay nadie. No pasa siquiera un auto”, señaló.
Los chicos no saben lo que está sucediendo y están contentos de quedarse en casa con sus padres. “Aquí recomiendan no decirles nada sobre estos casos a los menores de 8 años”, dijo.
Ahora, el miedo se apoderó de todos. “Yo nací en Argentina y me crié en Colombia. Viví los tiempos de Pablo Escobar y vi situaciones violentas cuando tenía la edad de mis hijos. A mi marido le dije que no quería repetir la historia. Le dije que mi límite sería cuando hubiera un tiroteo cerca nuestro. Ahora no sé qué hacer”, comentó.
Preti se emociona. “La primera reacción es meter todo en una valija e irnos. Esto no pasa en otros países. Hay problemas en todos lados, pero aquí ha habido tiroteos en colegios, shoppings, iglesias, restaurantes… Ningún lugar está exento. Es difícil vivir en esa paranoia”, sostuvo.
El temor le hace recordar la sensación que vivió en Buenos Aires después de la tragedia de Cromañon, cuando 194 jóvenes murieron el 30 de diciembre de 2004 en el incendio ocurrido durante un recital de rock del grupo Callejeros en ese establecimiento del barrio de Once.
“Entonces cuando entraba a cualquier boliche me fijaba en las salidas de emergencia. Acá es lo mismo, pero en todos lados: cuando entrás a un lugar, cualquiera que sea, ubicás dónde te podés esconder y por dónde salir corriendo”, concluyó.
Fuente: tn.com.ar