Antes de trasladarse a Hawaii, los hijos de la princesa del pop no la contactaron por alrededor de un año.
Tras haberle puesto fin a la custodia que limitó muchos aspectos de su vida por más de una década, Britney Spears continúa tratando de poner en orden su vida. Se le vio reunirse con su madre y su hermana, a quienes llegó a tachar de cómplices de su custodia; también ha regresado a la música con colaboraciones con artistas de la talla de Elton John y Will I Am, además, contrajo nupcias con Sam Asghari y trató de volver a quedar embarazada sin éxito.
Sin embargo, es precisamente su situación como madre lo que más controversia ha causado, pues mientras intentó volver a embarazarse, su relación con sus hijos, Jayden y Sean Preston Federline, se ha visto fragmentada en los últimos años. Según varias fuentes, la situación de la tutela y los problemas mentales de Britney fueron suficientes para que hubiera una relación complicada entre madre e hijos, pero sería a partir de que Britney comenzó a subir fotos y videos semidesnuda a sus redes sociales que Jayden y Sean se alejaron aún más de su madre.
Posteriormente, se confirmó la noticia que pondría otro clavo al ataúd a la relación entre Britney y sus hijos: su padre, Kevin Federline, se llevaría a sus hijos con él a vivir a Hawaii, a exactamente 3997 kilómetros de distancia de la residencia de Spears en Los Ángeles. Para cuando se informó este hecho, reportes indicaron que Britney llevaba un año sin hablar con sus hijos, y aún así, dio el visto bueno para que se fueran a vivir con su padre.
Según el acuerdo en el que habrían quedado Federline y Spears, si el exbailarín que se quedó con la custodia decidiera mudarse, tenía pensado mudarse, debía notificarle a la Princesa del Pop y ella aprobar la mudanza. Al parecer pasaron semanas para que Britney respondiera los mensajes de Federline, lo cual lo desesperó y por poco vuelven a involucrarse en una batalla legal, pero al final, Britney contestó y dio su bendición al viaje.
Britney logró hablar con sus hijos un par de semanas antes de irse a Hawái, una señal de que la relación ha comenzado a mejorar