El fin de la pobreza extrema podría erradicarse para 2050, impulsado por el crecimiento económico en los países de bajos ingresos, según un nuevo pronóstico económico del Centro para el Desarrollo Global (CGD), a pesar de los desafíos que ha traído consigo la pandemia de la COVID-19.
La erradicación de la pobreza extrema para todas las personas en todas partes ha sido un objetivo fundamental de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Esto cobra mayor relevancia en un momento en que el mundo enfrenta el desafío climático de limitar la temperatura del planeta a menos de 1.5°C, de acuerdo con The Guardian.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas son metas globales adoptadas en septiembre de 2015, que deben ser alcanzadas para 2030. Todos los países del mundo han acordado trabajar juntos para lograr estos objetivos. Son 17 ODS que integran una visión integral, indivisible y una colaboración internacional renovada, que en conjunto, construyen un camino hacia un futuro sostenible.
Dentro de los ODS, el objetivo No. 1: Fin de la pobreza, busca erradicar la pobreza en todas sus formas. La pobreza refleja la incapacidad de una persona para alcanzar un nivel adecuado de bienestar, en términos que pueden incluir alimentos, ropa, transporte, servicios públicos, salud, riqueza o incluso recreación.
Sin embargo, el informe CGD: Escenarios de crecimiento mundial futuro hasta 2050 (2023) muestra cierto grado de optimismo al indicar que, después de la pandemia, se espera un mayor crecimiento económico que podría traducirse en empleos y salarios, y los países de bajos y medianos ingresos podrían experimentar mejoras. «Sabemos que el mundo será muy diferente en 2050, y el cambio climático es una gran preocupación para el futuro», dijo Charles Kenny, investigador principal de CGD y uno de los autores del informe.
Pero estos hechos no deben opacar el continuo crecimiento económico, que ha sido la realidad para gran parte de la humanidad a lo largo de la historia, señala Kenny. Además, añadió que aunque es probable que la desigualdad persista y que la pobreza siga existiendo, un mayor crecimiento económico debería traducirse en mejoras laborales para las personas en los países en desarrollo.
¿En 2050 ningún país será pobre?
Kenny, autor del libro «Getting Better: Why Global Development is Succeeding», dijo que él y Zack Gehan, quien trabajó con él en el artículo, tomaron datos históricos sobre ingresos, cambios demográficos, educación y temperatura para pronosticar la forma futura de la economía del mundo.
Su predicción indica que la tasa de pobreza extrema a nivel mundial, que se define como vivir con menos de 2.15 dólares al día, caiga por debajo del 2% para el año 2050. Esto sería una disminución significativa en comparación con aproximadamente el 8% de pobreza extrema estimada en el año 2022. En el caso de África, donde la tasa de pobreza extrema es más alta, se espera que también disminuya de manera considerable. Se pronostica que la tasa de pobreza extrema en África caerá del 29% en la actualidad al 7% para el año 2050.
Contrariamente a lo esperado, los autores del estudio predijeron un crecimiento mucho más lento en los países de altos ingresos durante las próximas dos décadas, con un aumento del PIB per cápita de solo aproximadamente el 20% desde 2019, mientras que se duplicaría en los países de ingresos bajos y medianos.
Rathin Roy, director ejecutivo del grupo de reflexión sobre asuntos globales del Índice de Desarrollo Humano (IDH, por sus siglas en inglés), antes conocido como Instituto de Desarrollo en el Extranjero, dijo que las predicciones de Kenny eran posibles «si todos hacen lo correcto».
Priorizar a las comunidades en desarrollo.
Roy también enfatizó sobre la importancia de cuidar y proteger a los países menos afortunados. Dado que el hecho de que la pobreza aún persista en países como el Reino Unido y los EE. UU. muestra que se requerirá más que sólo crecimiento económico.
«Conseguir altos niveles de ingresos no es suficiente. Si lo fuera, los niños no irían con hambre a la escuela. La gente no estaría sufriendo por la falta de atención médica y la pérdida de empleos. Y no tendrías el tipo de indigencia y falta de vivienda y el tipo de bancos de alimentos que ves en un país con un ingreso per cápita de $44 mil».
Kenny también destacó que la predicción del futuro de las economías del mundo es útil, ya que ayuda a considerar cómo podrían abordarse en el futuro problemas como la pobreza o el gasto militar, y ajustar las discusiones de política en consecuencia.
«Si observa dónde están las tendencias demográficas, todo parece bastante positivo para los países de bajos y medianos ingresos en su conjunto. Así que soy más optimista por ellos, con la salvedad de que parte de esto depende de lo que hagan los países ricos y la salvedad de las simples incógnitas».
El estudio de Kenny y Gehan sobre el futuro del crecimiento económico y el cambio climático plantea la posibilidad de erradicar la pobreza extrema, pero también subraya la importancia de que los países ricos implementen políticas adecuadas. Enfrentar la pobreza y lograr un crecimiento económico sostenible son desafíos globales que requieren un enfoque colectivo y holístico.
Fuente: www.expoknews.com