Es una condición que suele darse en familias, pero el hecho de estar asociado a los genes no significa que no existan enormes posibilidades de tratarlo. Un experto de INECO explicó la importancia de los tratamientos sostenidos en el tiempo.
El trastorno bipolar ha sido abordado en diversas oportunidades por el ámbito de las artes, particularmente por el cine. Esta condición, caracterizada por las oscilaciones del estado de ánimo a lo largo del tiempo, encierra un atractivo para los creativos y guionistas porque provee abundante material para poder sostener la trama dramática.
Las personas con trastorno bipolar enfrentan en forma cotidiana las consecuencias del estigma por su enfermedad, y son juzgadas, aisladas y rechazadas (Getty)
Lo que ocurre, es que el abordaje rara vez tiene la cuota de empatía que podríamos esperar. La tendencia suele ser la de justificar hechos que no siempre se condicen con la realidad de las personas afectadas, lo cual, con frecuencia, provoca un aumento del malestar y el estigma asociado a la enfermedad. No pocas veces en el cine las conductas más aberrantes se intentaron asociar al trastorno bipolar.
La película británica “El Imperio de la luz” rompe esta tendencia. Ambientada en una típica playa del sur de Inglaterra en los años 80, refleja la vida de un grupo de trabajadores de un cine, en una época en la que las plataformas digitales no existían. El foco está puesto en la vida cotidiana de los empleados del local, con sus distintas obligaciones: vender las entradas, acomodar a las personas, vender golosinas, contar los boletos, etcétera.
El litio va a cumplir ochenta años de uso ininterrumpido en el tratamiento del trastorno bipolar (Freepik)
El personaje central es la encargada de la sala, quien lleva una vida rutinaria con leves matices, vive sola y todas las mañanas toma con reticencia un medicamento que saca de un frasco de su botiquín. Con el paso de la película, aprenderemos que se trata del carbonato de litio, lo que nos indica, claramente, que padece un trastorno bipolar, el cual le había motivado una hospitalización en el pasado.
En ese sentido, el doctor Marcelo Cetkovich, Director Médico de INECO y médico psiquiatra, considera que hay dos elementos a destacar, sin caer en el spoiler. En primer lugar, la cinta muestra con claridad la importancia del tratamiento de mantenimiento con estabilizantes del ánimo sostenido en el tiempo, sin interrupciones. El litio va a cumplir ochenta años de uso ininterrumpido en el tratamiento del trastorno bipolar; y la evidencia científica acumulada en todos estos años ha llevado a algunos expertos a plantear que, probablemente, se trate del hallazgo terapéutico más revolucionario de la psiquiatría.
Ningún otro medicamento está tan cerca de actuar en el corazón de la causa de los trastornos como parece hacerlo el litio. Con el correr del tiempo, se le encuentran más propiedades terapéuticas y figura en el tope de las guías de consenso de tratamiento.
El estigma siempre está motorizado por dos emociones básicas: el miedo y la ignorancia. (Getty Images)
El segundo hecho dentro de la película que el especialista considera aleccionador es cuando, luego de la crisis, el amigo de la protagonista le dice que su problema no la define, que “es una condición”, “algo que le pasa”.
Es frecuente escuchar que las personas dicen de alguien afectado que “es bipolar”. En línea con ello, es importante remarcar que las personas no son sus enfermedades; sino que éstas son algo que les ocurre y contra lo que tienen que luchar en forma cotidiana y denodada. Padecer un trastorno bipolar significa enfrentar situaciones que casi nunca podemos explicar por los avatares de la vida, más allá de un efecto disparador del estrés.
Las personas con trastorno bipolar enfrentan en forma cotidiana las consecuencias del estigma por su enfermedad, y son juzgadas, aisladas y rechazadas. Los amigos se alejan, la fuente de trabajo peligra. No es raro que tengan que soportar un deterioro en sus condiciones de trabajo luego de haber padecido un episodio, ya que se suele asumir y dar por cierto que no van a poder desempeñar las mismas tareas que antes. El estigma siempre está motorizado por dos emociones básicas: el miedo y la ignorancia.
El abordaje de la patología rara vez tiene la cuota de empatía que podríamos esperar / Getty
“Hemos aprendido que las historias contadas en primera persona son la forma más potente de lograr que el común de la gente comprenda lo que es padecer un trastorno mental y ésto es muy claro en el trastorno bipolar. Por eso, el aporte de esta película nos parece esclarecedor. Es como una historia contada en primera persona sobre los anhelos, fracasos y frustraciones que enfrentan las personas con trastorno bipolar; pero también cuenta que es posible enfrentarlo y que se puede luchar para controlar esta condición”, expresa el Dr. Cetkovich.
Y agrega: “Siempre es bueno recordar que, si bien sabemos que los avatares de la vida juegan un rol importante en la génesis del trastorno bipolar; algo que hoy denominamos “la trayectoria del estrés”, en este caso los factores genéticos tienen un rol fundamental. El trastorno bipolar es una condición que suele darse en familias, pero el hecho de estar asociado a los genes no significa que no existan enormes posibilidades de combatirlo y controlarlo”.
Fuente: Infobae