Marcela es médica y estuvo casada 18 años con un cirujano que atiende en un hospital público y en una clínica privada, en la ciudad de Buenos Aires. Tuvieron dos hijos. Y se separaron a comienzos del 2020. El 12 de marzo de ese año, pocos días antes del inicio de la cuarentena por la pandemia de covid 19, de común acuerdo él se fue de la casa que compartían en un barrio porteño. A los 15 días, Marcela empezó a vivir una película de terror y no por el virus que obligó al mundo al encierro: por casualidad, descubrió que su ex, desde el inicio de la relación –cuando recién eran novios– y por casi dos décadas había compartido con otros hombres miles de fotos íntimas de ella. Incluso, le había intentado enviar esas fotografías a conocidos de ella en forma anónima, entre ellos a su entonces jefe de la residencia. Marcela encontró también CDs del año 2002, cargados con imágenes suyas, todas en poses sexuales, que él le sacaba como forma de juego erótico de la pareja. Pero además detectó que había otras que se las había tomado sin que ella supiera para compartir y comentar con otros hombres.




