La joven activista climática Greta Thunberg, quien se ha destacado en los movimientos estudiantiles de protesta contra el cambio climático, hizo una declaración contundente durante las conversaciones de las Naciones Unidas sobre el clima en Bonn, Alemania: «Fósiles son sentencia de muerte», según informó The Guardian.
Thunberg ha sido una figura importante en el activismo juvenil, condenando la dependencia de los combustibles fósiles, como el petróleo y el gas, y exigiendo a los líderes mundiales e industrias contaminantes que asuman su responsabilidad social frente al calentamiento del planeta.
Sin planeta no hay futuro
Según la activista, los países desarrollados, responsables de las mayores emisiones que contribuyen al cambio climático, están condenando a millones de personas pobres en todo el mundo al no tomar medidas suficientes para eliminar gradualmente los combustibles fósiles.
«Los próximos meses y años, en este momento, serán cruciales para el futuro. Es lo que decidamos ahora lo que definirá el futuro del resto de la humanidad».
Greta Thunberg, activista climática.
Coincidiendo con diversos organismos y especialistas en el tema de la crisis climática, Greta también advierte que, con las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en su punto más alto, solo una eliminación rápida y equitativa de los combustibles fósiles mantendría las temperaturas globales dentro del límite científicamente recomendado de 1.5°C por encima de los niveles preindustriales.
Acciones de hoy definirán el mañana
Thunberg anunció el viernes pasado el fin de sus huelgas escolares, que ha llevado a cabo todos los viernes desde 2018 en protesta por la falta de acción política ante la crisis climática. Aunque ha dejado la escuela, tiene la intención de seguir abordando temas climáticos y amplificar las voces de los jóvenes de todo el mundo, especialmente aquellos de países en desarrollo.
La activista destacó la grave amenaza que representa la falta de voluntad política para detener la exploración y el uso de combustibles fósiles. Advirtió sobre el riesgo de desencadenar un calentamiento global incontrolable, con eventos climáticos extremos, aumento del nivel del mar y alteraciones en los ecosistemas.
«Todavía estamos corriendo hacia el abismo. Podríamos desencadenar bucles de retroalimentación que están más allá del control humano, lo que perjudicaría a innumerables personas».