“Esto es un drama. Nos estamos destrozando, estamos destruyendo la marca”. Un dirigente esencial en la estructura del PRO maneja su auto hacia una actividad de campaña y no puede parar de quejarse. A esta hora no hay foto de alineamiento que convenza a nadie.

Las encuestas, los rencores -muchos de ellos ya personales- y la desconfianza, tomaron la interna de la mesa chica aún cuando se aclararon las reglas en la disputa porteña y la provincial. La ciudad de Buenos Aires tendrá un candidato único del PRO y a pesar de las tres encuestas en curso, la definición de quién de los dos será – Jorge Macri o Fernán Quiros– está prácticamente tomada. Lo anunciarán oficialmente en los próximos días pero ni siquiera esa búsqueda de paz trajo calma. Desde el larretismo siguen obsesivamente algunas declaraciones “poco felices” del primo del expresidente y ministro de Gobierno de la Ciudad.

“¿Vos entendés que el oficialismo no tiene candidato, la inflación está descontrolada y nosotros no estamos capitalizando nada?”, insiste el dirigente arriba de su auto. Él sabe de una encuesta presencial que se conocerá la semana que viene donde el resultado consolidará sus temores: el peronismo estático en su base electoral, Milei creciendo como fenómeno y JxC un poquito peor. “Entendés que podemos salir terceros y cuartos en la PASO?”.

El encono interno es tanto que uno de los hombres más fuertes de Larreta cree que la profecía distópica de Macri (Milei Presidente, Kicillof Gobernador y Lousteau jefe de Gobierno) puede representar más su deseo que su pesadilla. “Si se cumple todo pero él logra retener la Ciudad, Macri podrá volver al centro de la escena”.

Este desmadre se traslada a todos los distritos que coincidirán su elección con la nacional, sobre todo a la provincia de Buenos Aires (aunque le queda resto a Kicillof, es casi un hecho que no desdoblará).

En la madre de todas las batallas, hay batalla

Patricia Bullrich definió a su candidato, Néstor Grindetti, en una semana que sólo le trajo buenas noticias desde que le sacó a Larreta el apoyo del intendente de Bahía Blanca, un distrito estratégico de la provincia de Buenos Aires. En su entorno, estaban muy envalentonados por la ya conquistada San Nicolás y por otros municipios que pegarían el salto de las adhesiones esta semana.

La precandidata presidencial usa un hotel cinco estrellas porteño como sede de reuniones y ayer pasó el día casi completo con su equipo más chico, Federico Pinedo a la cabeza, definiendo estrategia. Estuvo a punto de cruzarse en el ascensor con la mega popular artista María Becerra, que se estaba preparando para el estreno de Rápidos y Furiosos. Probablemente haya lamentado la oportunidad perdida de la foto con la cantante.

Cristina tomó la escena con la renuncia que escribió sola y apenas leyó su vocero antes de subirla a redes. Rompió ratings en televisión en una entrevista de TV y en sus manos está la decisión que todos esperan pero que, como contamos la semana pasada, difícilmente llegue antes de junio. Mientras tanto, con ella afuera y a la espera de definiciones, todos corren descontrolados, Wado, Scioli y hasta Rossi. Y Massa, que volvió a ser bendecido por ella en público (“agarró una papa caliente”), mantiene el vínculo con ella en estado de fluidez total. Ella no define nombres pero sí el camino: llegar a un balotaje con Milei.

¿Y Milei? El Libertario está esperando para dar su propia sorpresa. Finalmente encontró un outsider para candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires y está esperando el momento oportuno para revelar quién es. Falta muy poco.

Por Luciana Geuna
Fuente: TN